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Ander Michelena nació en Bilbao, estudió en el Liceo Francés e hizo Empresariales en ICADE, lo que le permitió pasar un año de intercambio en Estados Unidos. Cuando acabó la carrera tuvo que decidir qué quería hacer, aunque en la mesa tenía varias opciones, al poder elegir entre consultoría estratégica y banca de inversión. Al final se decantó por la última y se fue a Londres durante tres años para trabajar en la parte de fusiones y adquisiciones de Morgan Stanley (LinkedIn).
Tenía claro desde un principio que, aunque tuviera un trabajo estable quería emprender. Llámalo suerte o casualidad que conoció al que sería su socio, Jon Uriarte (también de Bilbao) en un aeropuerto y resultó que él también trabajaba en Londres en la misma financiera. Desde entonces no se separaron, empezaron a hablar de nuevos proyectos y la idea de Ticketbis era una apuesta que rondaba por sus cabezas.
Ander Michelena en Ticketbis
Ander Michelena y Jon Uriearte dejaron en 2009 Morgan Stanley y decidieron crear Ticketbis, una startup de compraventa de entradas, que seguía la visión de negocio de StubHub. En los inicios, se apoyaron en sus ahorros y en el Family, Friends and Fools, con lo que obtuvieron 150.000 euros y después se centraron en los business angels destacando la participación de Eneko Knorr. En total levantaron en la primera ronda un total de 400.000 euros.
Con esta primera parte del dinero les dio para sobrevivir el primer año, crearon la página web e instalaron sus sedes en Bilbao (por razones emocionales, ya que ambos fundadores son vascos) y en Madrid. Se dieron cuenta de que si querían internacionalizar el negocio tenían que tener a parte de su equipo en una gran ciudad, donde era más fácil atraer talento internacional. La oficina de Bilbao se encargaría de la parte corporativa (recursos humanos, finanzas, tecnología y equipo legal) y la de Madrid de la parte de negocio (conseguir la oferta, venta a empresas, atención al cliente y operaciones). En cuanto a la repartición de tareas, ambos se encargaron de la parte de financiación, pero el resto de tareas las repartieron en función de las preferencias de cada uno. Jon Uriarte se encargó del producto, tecnología y call center y él se encargó de negocios, ventas y marketing.
Empieza el crecimiento de Ticketbis
Al tener poca experiencia en tecnología, les costó bastante encontrar un buen programador. Al final tirando de contactos consiguieron encontrarlo y en enero de 2010 lanzaron la web. Al ser su primer emprendimiento y no tener ni idea de marketplace tuvieron miedo, pero sus dudas se disiparon con las primeras ventas. Tuvieron tanto éxito que el primer año facturaron un millón de euros con un 25% de margen, lo que viene siendo 250.000 euros. No era break even pero no estaban lejos, con lo cual ese sería el camino a seguir.
Se dieron cuenta que tenían que internacionalizar el negocio, a pesar de que había players fuertes como Viagogo y Seatwave. Este último fracasó, ya que levantó 60 millones de euros y se concentró en Inglaterra, donde había otro player importante, Viagogo el cual estaba muy bien posicionado. Gracias a esta guerra, Ticketbis aprovechó la oportunidad y se expandió utilizando la estrategia del océano azul, entrando en mercados donde no había jugadores de su sector. En Reino Unido como había estos dos players, se centraron en futbol y poco a poco fueron ampliando el abanico.
Con la dirección de Ander Michelena y Jon Uriarte. Tenían una oferta muy diversificada, estaban presentes en más de 40 países. En Europa, sobresalían en Inglaterra, Francia, Italia y España donde se generaban el 50% ventas; en Latinoamérica el 35% y en Asia el 15%. En 15 meses (desde que se instalaban en un país) conseguían que el mercado ya fuera rentable. Pero no en todos los territorios funcionaba lo mismo. Mientras que la música funcionaba bien a nivel general, en España las prioridades eran otras. Primero futbol, luego música y después los toros.
Nuevas rondas de financiación de Ticketbis
Las siguientes rondas fueron de 1 millón, donde entraron el business angel, Nicolás Iglesias; el fondo FJ Labs y dos fondos vascos, Seed Capital y una Sociedad Gestora de Capital Riesgo; la tercera ronda también fue de la misma cantidad; la cuarta de dos millones; en la quinta doblaron a 4 millones y en la sexta hicieron un convertible de 4 millones antes de la venta a eBay. En total levantaron 13 millones de euros, de los cuales más de la mitad se los quedó el equipo fundador. Hacían una ronda al año y la valoración se hacía en función de las ventas.
Como se puede apreciar, troceaban las rondas y captaban poco dinero, lo cual le salió bien, pero también podría haberle salido mal. Arriesgaron mucho, ya que vivían con una presión constante pensando que se quedaban sin dinero. Tuvieron la suerte de que los números acompañaron y crecían duplicando todos los años, con cual era fácil levantar dinero en las siguientes rondas.
Venta a Ebay
Cuando eBay se empezó a interesar por el negocio, primero lo hizo invitando al equipo a grandes acontecimientos para conocerlos mejor. Un hecho señalado (después de llevar años de relación) se produjo en el momento de la venta, ya que el proceso de due diligence de eBay se dilató en el tiempo, empezando en junio de 2015 y alargándose hasta junio de 2016. Estuvieron un año con investigaciones de exclusividad y antes de vender estaban a 15 días de quedarse sin caja. Entre medias de esa negociación en la que hubo hasta dos rechazos, el exit fue espectacular cerrándose la venta por 147 millones de euros.
El acuerdo con eBay incluía que los fundadores estuvieran tres años dirigiendo la empresa. Al principio estaban muy motivados, pero luego se dieron cuenta que ese mito de Silicon Valley no era tan cierto. Aprendieron poco o nada y después de un año les entró la resignación. Empezaron a no estar cómodos, con lo que pidieron su salida, lo cual se rechazó tajantemente desde la dirección. A los dos años cuando cambiaron de presidente, las cosas cambiaron y consiguieron salir de la empresa aceptando un periodo de transición.
Ander Michelena y la fundación de All Iron Ventures
Después de la operación, entre Ander Michellena y Jon Uriarte tenían más del 50% del negocio (con lo cual se llevaron una buena tajada), un 10% lo tenían los empleados (los 50 mejores) y el resto los inversores. Con el dinero que obtuvieron empezaron a invertir en startups y se dieron cuenta de que podrían aportar mucho más creando un venture capital. Esto fue el caldo de cultivo de lo que hoy conocemos como All Iron Ventures. All Iron es un guiño a su tierra, el País Vasco. En el siglo XIX en Bilbao había mucho hierro y el vasco era el más preciado. Muchos ingleses iban allí para explotar el hierro y cuando encontraban una veta de hierro muy pura, colgaban un cartel con las palabras “All Iron”. De ahí el nombre que se convertiría en el grito de celebración “Alirón”.
Se consideran un fondo growth oportunista que tiene de presupuesto 120 millones de euros. Dentro de su estrategia hay un foco, entran siempre en pre serie A y serie A. Es cierto que alguna vez entraron en fase seed porque tenían relación con el emprendedor como es el caso de Íñigo Juantegui con Ontruck. La inversión más alta que hicieron fue de 80 millones y la más baja medio millón, con lo cual invierten en variedad de startups. Entre sus inversiones en startups destaca Spotahome, MrJeff, Ontruck y Lookiero.
El vehículo de Real Estate
En lo referente a Real Estate, montaron en 2018 un vehículo, All Iron Re I dedicado a la inversión de inmuebles para luego dedicarlos al alojamiento turístico, alternativo a los hoteles tradicionales y a los pisos de alquiler. All Iron tiene una cartera de 600 apartamentos turísticos y 600 camas de hostels (alojamientos baratos) en seis ciudades de España (Madrid, Valencia, San Sebastián, Vitoria, Bilbao y Córdoba) y un solar edificable en Budapest (Hungría).
Después de un acuerdo con el Mercado Alternativo Bursátil, MAB; la empresa saldrá al mercado con una valoración de referencia de 57,2 millones de euros, sumando un total de 71 millones de euros en activos. La sociedad tiene un capital distribuido entre más de un centenar de accionistas, donde Ander Michelena y Jon Uriarte tienen 7,34% del capital cada uno. Además, este último también cuenta con las participaciones de su padre Pedro Luis Uriarte, exconsejero de BBVA, posicionándose como primer accionista individual con el 8,79% del capital, según datos de Cinco Días.
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Sarai Vidal, noviembre de 2020